Conocido por su enfoque único del desarrollo basado en la Felicidad Nacional Bruta en lugar de en el Producto Interior Brutoel pequeño reino himalayo de Bután mantiene desde hace tiempo una política turística muy selectiva. Para preservar la integridad de su patrimonio cultural y natural y proteger la tranquilidad de sus habitantes, las autoridades locales han introducido un sistema de cuotas y un impuesto diario para limitar la afluencia de turistas extranjeros.
Cada viajero debe gastar 200 dólares al día para poder descubrir este país encajonado entre la India y el Tíbet.
Un impuesto de 200 dólares para fomentar el turismo responsable
Sin embargo, ante la crisis sanitaria mundial y el importante descenso del número de turistas internacionales, las autoridades butanesas han decidido establecer una oferta temporal. Aunque el importe del impuesto no ha cambiado, ahora permite una estancia más larga en Bután. Por ejemplo, un turista que pague el impuesto por 4 días puede ahora quedarse 4 días más, con un coste total de 800 dólares en vez de 1600 por ocho días. Del mismo modo, los que paguen por 12 días pueden ahora permanecer hasta 30 días. Esta política está en vigor desde el 1 de junio y se mantendrá hasta finales de 2024.
El impuesto de desarrollo sostenible: una iniciativa ecológica y solidaria
Este impuesto diario, denominado "impuesto de desarrollo sostenibleEste fondo se destina a financiar proyectos de conservación del medio ambiente y del patrimonio cultural. Los fondos recaudados también se destinan a apoyar a las poblaciones locales en materia de educación, sanidad y desarrollo rural. Así, al elegir visitar Bután, los turistas contribuyen directamente al bienestar de la población local y a la protección de este territorio excepcional en el corazón del Himalaya.
La ambición de Bután es aumentar gradualmente la contribución del turismo al total de su economía, con la intención de pasar de los 5 % actuales a 20 %, aunque sin fijar una fecha concreta para alcanzar este objetivo.
El país ya ha recibido a más de 47.000 turistas desde el inicio de 2023. Esto sitúa al país en vías de alcanzar su "modesto" objetivo de recibir 86.000 visitantes a finales de año, una cifra muy inferior a los aproximadamente 315.600 turistas de 2019.
¿Un modelo para otros destinos turísticos?
Dadas las molestias y los daños causados por la masificación en ciertos destinos populares, es legítimo preguntarse si el modelo butanés podría adaptarse y aplicarse en otros lugares. De hecho, muchos países y regiones se enfrentan a una dilema entre preservar su patrimonio y el atractivo económico del turismo. La introducción de un impuesto similar al de Bután podría fomentar un turismo más responsable y respetuoso con los recursos locales, al tiempo que generaría ingresos para las autoridades y las comunidades afectadas.
Ejemplos inspiradores de Europa y otros lugares
Aunque el caso de Bután sigue siendo único, algunas regiones ya han empezado a introducir medidas similares para regular el turismo y proteger su medio ambiente. Por ejemplo, algunas islas mediterráneas han introducido un "ecotasa para financiar la conservación de sus frágiles ecosistemas, mientras que otros lugares turísticos han optado por el cierre temporal o permanente para evitar los daños causados por el exceso de visitas.
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