La administración Biden ha introducido recientemente una serie de normas destinadas a reforzar la protección de los consumidores en el sector aéreo. Estas nuevas directivas, que se introducirán progresivamente a lo largo de 2 años, obligan a las compañías aéreas a reembolsar automáticamente a los pasajeros afectados por retrasos importantes, cancelaciones y otras averías específicas.
Un punto de inflexión para los derechos de los pasajeros
La medida emblemática introducida estipula que cualquier cancelación o gran retraso de un vuelo ahora le da derecho a un reembolso automáticoindependientemente del motivo de la interrupción. Los viajeros ya no tendrán que pasar por el engorro de recuperar sus fondos tras interrupciones inesperadas, sea cual sea la causa.
Además de los reembolsos por los vuelos propiamente dichos, la normativa también prevé compensaciones por equipaje retrasado y servicios auxiliares de pago no prestados. Las compañías aéreas deben informar claramente a sus clientes de todas las políticas relacionadas con el equipaje facturado, incluidos los cambios de tarifas o servicios pendientes.
Perfeccionar el marco financiero y jurídico contra las prácticas engañosas
Aclaración de los "costes ocultos
Gran parte de las nuevas directivas abordan los "gastos ocultos", que suelen ser fuente de frustración para los consumidores. La legislación exige ahora un transparencia de los costes adicionales desde el principio del proceso de reserva, poniendo fin a la práctica de "señuelo y cambio"Cuando determinados costes no se declaran abiertamente.
Sanciones por infracción
En caso de incumplimiento, las compañías aéreas se arriesgan a multas sustanciales de hasta 41.577 $ por infracción. Visite Departamento de Transportes (DOT) reforzará la vigilancia, en particular inspeccionando los aeropuertos y controlando los sitios web de las compañías aéreas.
La posición de la industria aeronáutica
Reacciones a las nuevas medidas
Sin embargo, no todo el mundo ve con buenos ojos esta transformación. Las principales partes interesadas, como Aerolíneas para América expresaron sus reservas, señalando que, si bien el objetivo de claridad de precios es loable, las condiciones de aplicación siguen siendo poco claras y podrían plantear problemas a las operaciones cotidianas de los transportistas.
¿Hacia una renovada dinámica industria-cliente?
A largo plazo, esta iniciativa podría redefinir la relación entre las compañías aéreas y sus clientes. Al anteponer los intereses de los pasajeros, el gobierno espera establecer un nuevo equilibrio en el que los derechos de los consumidores sean plenamente respetados y valorados en la industria de la aviación.
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